Continuación de Los Espejos de Hiriom  

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Esta es la segunda parte de tres de Los Espejos De Hiriom, espero les agrade, como siempre, son libres de comentar lo que quieran.

Ya no recuerdo el momento en que la luz se volvió azul mortecino. No la vi, sus dientes de perla, su boca de carbón. Me mordió en la muñeca, mi muñeca izquierda. Ni siquiera sentí un pinchazo, no lo noté, pero moría. Un escalofrío recorre mi antebrazo, se desliza por el codo, hasta el hombro, corre hasta mi cuello…
Pero no importa ya más, he escapado de su abrazo mortal. Una gota azul cae del cielo, llueve. Escucho caer las gotas, con su agudo sonido, constantes, a intervalos regulares. Las gotas del dosificador intravenoso hacen armonía con el vibrato permanente de los reguladores de voltaje llena la sala de espera del hospital. El blanco es inmaculado, las voces llegan, lejanas, distorsionadas. Me resulta imposible darles significado, pero siguen, aunque no pueda saber que me dicen. Me voy, me pierden, me alejo, no yo, mi pensamiento es el que se fuga, soy mi pensamiento. La luz blanca, cae del techo, inexpresiva, inmaculada, una veintena de lámparas cuelgan de largos hilos de acero, desde el techo, de tres pisos de alto. Camino entre la multitud, apenas puedo. A todo mi alrededor hay gente, no hay lugar para nadie más. “Porque usted nos interesa, a la defensa de su economía…” reza un enorme cartel del supermercado. Los estantes de anaqueles llegan hasta el techo, cientos y cientos de productos repartidos en laberínticas secciones. “Sea feliz, disfrute, el mejor producto para usted…” son anuncios que se repiten uniformemente a un solo eco sordo, hueco. Me siento muy cómodo en realidad, nadie me ve, sus ojos me miran, pero no estoy aquí, me siento seguro. “Nuestra nueva línea de productos, ya está a la venta. Alma, conciencia, arte, son algunos de nuestros nuevos y numerosos productos que tiene que conseguir. Usted los necesita, usted los requiere, y por eso, usted los tendrá.” Repetía un voceador fingiendo exclamación, hablando mecánicamente. Me indigné, me enfurecí, grité a todo lo que mis pulmones daban, “¡No lo compren, ya lo tienen! ¡Sean por sí mismos, no en otros! ¡Eso solo se pierde si creen que no lo tienen…!” La multitud frenética me rodeó, se abalanzaron sobre mí. Me rodearon, me cayeron encima, me taparon. Me asfixiaba la humedad de mil respiraciones, la oscuridad me rodeaba. Una luz grisácea muy tenue se coló por la entrada de la gruta. Sobre mí, largas y finas estalactitas de acero. Las grutas de Ulir, una extensa formación de acero puro inmersa en las montañas. No hay roca, solo acero, metal que fue fundido, el techo de la bóveda, a tres pisos sobre mí. La bóveda parece ser sostenida por columnas amorfas a espacios equidistantes. Todo es difuso, como un castillo de chocolate derritiéndose, una foto del instante. El ambiente me perturbó, las figuras borrosas, la incertidumbre, las sombras. Pero detrás de todo eso, escuche una voz. Me pregunté quién sería capaz de vivir aquí. Pero solo oí el eco de mi respiración repitiéndose innumerables veces, fundiéndose en el aire, empapando las paredes. Desde los extremos del mundo, todos los sonidos, por tenues que sean, por potentes que sean, siempre terminan sus camino, aquí, en las grutas de Ulir. Resuenan a un coro de incontables voces, chocando unas con otras, fundiéndose mezclándose, diferenciándose, cambiando, siempre cambiando. Una verdadera lluvia de palabras inconexas se precipitaba para formar un gran lago perpetuo del verbo, de la expresión del alma. Me adentré más y más en la cueva, tratando de encontrar la respuesta a la pregunta que no he formulado, que seguramente revolotea en alguna cámara, en algún rincón. Una voz me detuvo. “Mi nombre es Ilana, soy el pensamiento que baila.” Asombrado, voltee, detrás de mí, un lago, perdido en la gruta, en una amplia estancia de acero. Los ecos de palabras se convirtieron en ecos de luz, sus ondas rebotaban sobre el lago de la caverna. La voz prosiguió. “Los ecos de palabras de fuera llegan a mí a través de los eones. No tengo cuerpo, no muero, sin embargo soy. Durante milenios, los ecos de las voces, reflejos de los pensamientos individuales de sus autores, me fueron formando, con el tiempo, adquirí conciencia propia, y forma. Soy voz y canto, sin ataduras, Soy, pero sin tener ser. Yo bailo, sobre la faz de este lago, este espejo de agua. De un extremo a otro del mundo, me llegan los ecos todos, hasta mi casa, donde viven por siempre. Soy Ilana, el pensamiento que baila, me formo en todas las palabras pronunciadas, me dan ser, y yo, memoria y pensamiento. Soy sin tener ser…” El eco de su voz se prolongo hasta el infinito. Se escucho a todo lo largo y ancho del pasillo blanco que no tiene fin.

Estoy aburrido,  

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Los espejos de Hiriom
En la sala hay una mesa triangular de obsidiana, labrada con cuidado, tan intrincada como un brocado. Una única silla de marfil, de igual acabado, preside la mesa triangular. Sobre los dos otros lados de la mesa, dos espejos de plata. De cuerpo completo, ambos espejos se reflejan uno al otro, y a la silla de marfil. En la sala circular de mármol gris, no hay entrada. El techo es una cúpula de cristal biselado, las nubes pasan sobre él, el día y la noche, y los años, por igual las décadas. La única pared circular, que sostiene la cúpula, se compone de arcos romanos, iguales, simétricos, sobre una base de pared sólida que llega hasta la altura de las rodillas. Los arcos romanos enmarcan ventanas, también de vidrio biselado, en la sala circular, no hay puertas para entrar.
Es esta extraña sala, que se encuentra en la isla de Avén, al abrigo del bosque de plata, sobre la colina de pasto azul, la morada de Hiriom. De todo lo que una vez hubo en esa isla, solo quedan ruinas sepultadas bajo los bosques prístinos de la isla, solo queda intacta, la sala circular.
Las décadas, y las centurias pasan por fuera de la sala circular. Hiriom se sienta en su silla de marfil, Hiriom se sienta en sus tres sillas de marfil, siempre frente a su mesa de obsidiana, siempre frente a los espejos. Al sentarse en la silla de marfil, Hiriom siempre se refleja en los espejos. Los espejos de Hiriom son siempre tres, detrás de ellos siempre hay una silla de marfil igual. Hiriom no siempre es capaz de elegir ser en un espejo determinado, pero siempre aparece en la misma sala circular, con la misma mesa, la misma silla, los mismos espejos. Hiriom ve pasar las centurias y los milenios ve por las ventanas de su sala circular, siempre tres vidas, siempre tres universos. Hiriom entra y sale a través de los espejos, los espejos son parte de él. Hiriom siempre se ha preguntado si puede salir de la sala, sin duda puede romper el cristal. Lo que preocupa a Hiriom es, que si rompiese un vidrio, la sala no sería igual a las otras. Hiriom no podría ser en otro espejo, tendría que ser en ese mismo espejo durante la eternidad. Hiriom ve pasar las centurias y los milenios, es lo que hace, es lo que siempre ha hecho. Hiriom mira con detalle, siempre, con todo detalle todo lo que ve en las ventanas. Espera, siempre espera en busca de algo, siempre mirando, observando. Se sienta en la silla, y es en otro espejo. En la sala circular pasan igualmente los milenios y las eras. En la sala siempre hay una silla, una mesa, y dos espejos. Hiriom se busca en sus tres espejos, espera algún día saber cuándo y dónde ser realmente, cuando dejar de ser su propio reflejo. Las eras y los eones pasan por fuera de la sala circular, Hiriom espera, espera.
Este es otro cuento que me inventé, espero les haya gustado.

Miren el video...  

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bueno, como todavía no se como subir el video directamente al blog, les paso el link.
http://link.brightcove.com/services/link/bcpid1287043068/bctid1312371912
Es indignante que los seres humanos nos denigremos a tal grado que matemos gorilas. Se que hay mucha gente que considera que los animales sienten igual que nosotros y tienen conciencia. Personalmente yo no comparto del todo estas opiniones, ¿los animales tiene conciencia y sufren? no lo sé. Lo que me queda bien claro es que esos actos atroces nos denigran, son intolerables y no deberían existir!!! Ni siquiera me meto en si sufren los animales (si lo hicieran todo esto sería infinitamente más abominable aún) pero que un ser humano pueda ser tan insensible para matar gorilas, una especie en extinción con tanto parecido a nosotros, debe darnos vergüenza. No es correcto que en la sociedad actual en la que vivimos sean posibles estos actos que atentan contra "humanidad" de nuestros actos. Estos actos inhumanos no deben permitirse en nuestra sociedad moderna, no podemos permitir estar tan cegados con capitalismo y consumismo que seamos incapaces de sentir compasion y amor por TODOS los seres vivos por el simple hecho de estar vivos! Si el ser humano ya no es capaz de sentir compasion por otros seres, no merecemos llamarnos humanos, no merecemos llamarnos los seres más inteligentes del planeta. Si sometemos a la naturaleza, es hora de que seamos responsables, no dejemos que estos hechos queden en el olvido, la única manera de cambiar el mundo y conseguir la paz no es la violencia, es la educación mediante esta la creación de una generación que sea conciente de que la guerra JAMÁS conducirá a ningún lado, y que solo cambiando nuestra conciencia y pensamiento lograremos ser verdaderamente humanos. ¡¡¡La paz no se alcanza, no se logra no se obtiene ni se crea, la paz ES por si misma, si eliminamos la violencia de nuestro pensamiento!!!

¡En exclusiva, el adelanto de mi novela!  

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Solo aquí publicaré un fragmento de mi novela con unas cuantas notas que permitiran al lector ir más allá en la trama que se acerca. Informo que es el único fragmento que publicaré en internet. A los miembros de Un café en Montparnasse, les ruego me contacten si desean saber más de la novela.

"4582, a.C. 2555. p.c. Cuarto renacimiento
La luz entraba desde las ventanas ojivales. Se colaba a través del vidrio iridiado, y en su caída, bailaba con las motas de polvo que nadan en el aire de todas las bibliotecas, aquel vals que se repite. En su danza armoniosa, la luz tocaba todos los rincones de aquella sala.
Una mesa de roble, que cruzaba la sala, era el único objeto orgánico a la vista. Los libros y los estantes, de colores cristalinos y brillos palpitantes. (Hacía dos mil quinientos años que el papel de los libros había sido sustituido por polímeros de silicio). Al recinto se entraba por una puerta grande y gruesa, de Obsidium-673, que la hacía pesada, e impenetrable. De hecho, las paredes estaban hechas de la misma sustancia, pero recubiertas de algunos otros metales. Al otro lado de la sala, sobre un bloque de mármol, una caja, de un material recientemente descubierto, reposaba. Su transparencia cristalina, ligeramente azulosa, tenía vetas que semejaban relámpagos, cambiaban de posición a un mismo ritmo, como el latido de un corazón.
Clac…Clac…Clac…Clic. La puerta se abre al descorrer los tres seguros magnéticos.
Vestido en una bata blanca, inmaculada, entra Zenitram, con aire despreocupado y una sonrisa en la cara, acaba de despedirse de unos amigos en el pasillo.
-¿Busca algo en particular?- Pregunta el holograma de La Universidad, mientras se materializa frente a él, con la imagen antiquísima de una bibliotecaria del siglo XXIX.
-Ehhh… no, gracias por preguntar- contesta, mientras mira de reojo los libros sintéticos de la Biblioteca principal. Mira al fondo, y sonríe a la caja sobre el pedestal de mármol es la Base de Datos Universal, el ordenador que almacena toda la información de las Bases de Datos. Recuerda que solo sirve como respaldo, y que fue el proyecto que hizo renombrada a La Universidad.
-Permítame recordarle que su clase inicia en una hora, dos minutos, y treinta y cinco segundos; debido a que su promedio ha bajado de forma constante en el último mes, el Tribunal [A1] tomará la decisión correspondiente, y se le retirará la beca-
-Lo sé, deme acceso a la Base de Datos- contestó como si no hubiese escuchado el discurso pre programado.
De manera automática, frente a él, apareció una pantalla Holotáctil, terminal de la Base de Datos.
-Se le recomienda tomar asiento antes de iniciar su lectura- Dijo en un tono frío. Zenitram se sentó, cerca del fondo de la sala. Al apoyarse sobre la mesa, noto lo resbaloso que era el barniz vítreo aplicado sobre la mesa, jamás lo había notado. La puerta se cerró, estaba programada para cerrarse después de un minuto entrada la persona, ya que mantenerla abierta requería una cantidad considerable de energía.
Se puso a trabajar inmediatamente, abrió unos cuantos archivos, y los trasladó a su almacenador informático, un pequeño hexágono de color plata centelleante. Decidió ejecutar un programa que él mismo había diseñado, hacía un mes, con el profesor Reinach. Después de mirar los resultados, cambió unos cuantos datos, y modificó su programa un par de veces, el sudor comenzaba a brotar de su frente. Corrió el programa una vez más.
A sus diecisiete años, Zenitram ejecutó el simulacro de Aerthes[A2] , nadie nunca lo sabría. El resultado pretendía aclarar el misterio de la naturaleza de la eternidad, de hecho los datos, y los resultados son irrelevantes; es la exitosa ejecución misma del simulacro lo que constituye el resultado en sí, y por si mismo.
Zenitram observó los resultados. Cayó de rodillas, mientras una lágrima se escurría furtivamente por su mejilla. Sus ojos mostraron miedo unos instantes, pero luego lo comprendió[A3] .
Se abalanzo súbitamente sobre la B.D.U. mientras daba el comando de abrir la puerta, que solo podía cerrarse una vez completamente abierta. El Holograma apareció también, y con su voz digital y su misma voz monótona exclama:
-Usted no está autorizado para trasladar la B.D.U; es propiedad universitaria, el Tribunal será informado inmediatamente-
Zenitram ya estaba deslizándose sobre la mesa de madera, la puerta estaba medio abierta cuando salió con la caja, y comenzó a correr por el pasillo. La Universidad era un edificio con mucha seguridad, y altamente custodiado. Zenitram estaba en serios problemas.
Corrió al salón del profesor Reinach, seguramente él entendería. El salón era un auditorio hemicíclico, con gradas para que los alumnos vieran mejor al profesor, sobre ellos, un gran ventanal de vidrio iridiado. Zenitram sabía que el profesor siempre llegaba temprano, y se retiraba tarde del salón. Al verlo, el profesor se quito sus adornos oculares [A4] (hacía siete siglos las enfermedades habían sido erradicadas, y la ingeniería genética se convirtió en una ciencia suficientemente desarrollada como para corregir cualquier defecto, ya nadie usaba gafas) El profesor Reinach hacía honor a los años de estudio y enseñanza que tenía, al ver llegar a Zenitram con un objeto rectangular en la mochila, antes de clases y sudando dijo con voz calmada pero notoriamente perturbado.
-Regresa eso inmediatamente, chico, el Tribunal te matará si no lo haces; tendrás suerte si después de esto trabajas en una mina de uranio el resto de tu vida; ¿te has vuelto loco?-
Interrumpió su reprimenda, cuando comprendió lo que realmente sucedía, y dijo con voz triste:
-el simulacro fue exitoso, ¿verdad?-
Zenitram, que ya no tenía palabras, asintió. Y dijo:
-Tengo que llegar a la Estación Central ¿me ayudará?-
El profesor sonrió para sus adentros, y encontró una luz al final del túnel, recordó cuando él era un soñador, igual que Zenitram. Recordó con tristeza también, que la curiosidad, y el análisis crítico eran considerados como marcadores negativos en las cepas de generación de los infantes, y que ellos eran vistos como errores de programación.
Con la sonrisa en la cara todavía, dijo –No llegarás tan lejos, el Tribunal te está buscando, Te daré mi pase de acceso a los corredores de maestros, ahí no tienen biosensores ni vigilancia. Ten, la tarjeta de mi deslizador magnético, es más rápido que cualquier cosa que puedan tener.-
Zenitram sonrió, y dijo con otra lágrima a punto de ser derramada:
-Sabrán que me ayudo, no podré agradecerle, usted lo sabe; ¿qué es lo que hará?-
-Leeré, hace mucho tiempo que no leo mi libro favorito, lograras tu cometido, eh, Quijote[A5] …-
Zenitram se apresuró, uso la identificación del profesor para entrar a los corredores de maestros, ahí nadie le prestó atención; todos esperaban que el fugitivo estuviera en los pasillos de los alumnos. El recorrido fue tranquilo, los profesores solían dar permiso de usar los corredores si un alumno tenía una emergencia, de manera que ver a Zenitram corriendo no alarmó a nadie.
Usó la salida al estacionamiento de maestros, que se encontraba fuera del perímetro de La Universidad. Insertaba la tarjeta del deslizador magnético, similar a una moto que él tenía, pero mucho, muchísimo más veloz; cuando oyó que alguien le gritaba:
-Deténgase, está arrestado, el Tribunal espera su comparecencia inmediata.-
Zenitram aceleró, pronto vio detrás de él La Universidad, un gran cúmulo de edificios serpenteantes que a lo lejos parecían ser una colina de roca. Frente a él, la Estación Central una cúpula esférica de cristal iridiado de 50 cm de espesor, era el nodo linfático del transporte regional, pero ahora, con el deslizador, llegaría antes a la ciudad de Ekturor.
Pasó sobre el puente de Granitum-874, que era la única entrada a la cuidad, ubicada sobre un enorme monolito que formaba una planicie de 70 km2. La ciudad de Ekturor era una ciudad de desarrollo científico y estudio, se fundó cuando se realizaron los primeros estudios al monolito que cayó a la Tierra hacía 2555 años. El suceso causó el colapso de E.U.A. y fue un hito en el tiempo denominado Colapsum, de manera que de forma alterna a los años a.C. ahora se adjuntaban los años p.c., años post Colapsum. Sus metales estables no radiactivos, transuránicos, fueron vitales para el desarrollo de la ciencia en años posteriores. A demás, el monolito desvió a la Tierra muy ligeramente de curso, lo que hizo que la temperatura del planeta (otrora 6°C elevados por el calentamiento global) volviera a su punto ideal.
Al llegar a la cuidad cambió de ropa, abandonó el deslizador magnético, e inició su recorrido esperando pasar sin que nadie lo advirtiera. Llegó al edificio de apartamentos 47C1.34, subió con cautela las escaleras, para no ser visto.
La puerta se deslizó frente a él, adentro, Ariadne ya lo esperaba. Estaba recostada en el sillón de la sala, tenía una taza de té en su mano blanca, como porcelana. Se miraron, y Zenitram recordó su ayuda. Se habían conocido en La Universidad, ambos habían entrado al curso de literatura antigua, normalmente era despreciado por los alumnos que solo veían al futuro[A6] . Se encontraron a sí mismos en el reflejo del otro. Se abrazaron, no lo habían notado, pero lloraban, de felicidad… Ariadne no fue abandonada, no se abandonarían nunca.
-Habría quedado atrapada en la biblioteca, ¿no es así?- [A7] dijo, con tristeza, y luego aclaró
-No era necesario que regresaras, pero lo hiciste…-
-sí, sí era necesario, te amo.-
Lejos, en el borde de la provincia, el reactor de vacío absoluto colapsó, el fulgor de un millón de soles exhaló su vaho sobre el planeta.

Los Rayos de Luz
El velo nocturno cubría los confines de la bóveda celeste, no había luz solar, sin embargo, la noche distaba de la oscuridad, aquellos diamantes celestiales, suspendidos en aquella obsidiana, manaban luz blanca de pureza inexplicable, que caía suavemente cual llovizna hacia la tierra, donde los árboles la filtraban. Del suelo se veía cual lluvia de plata, que caía en claros por torrentes, se colaba hasta los más profundos rincones de aquella selva virgen y si uno se tomara el tiempo para acostarse en la tierra y ver al cielo, vería un inmortal brocado de finísimos haces de luz y hermosos diseños de hojas, donde lo intangible se une a lo perceptible, cual si la Luz buscase las hojas, o si las hojas levantándose a la Luz la intentaran alcanzar…
En aquella idílica visión, se podían distinguir, haciendo contraste con la blanca luz de las estrellas una luz diferente se observaba en el bosque. Roja cual rubí, pero era una luz muy diferente, uno podría decir, que en lugar de entrelazarse como la luz celeste y las hojas terrestres, esta luz no se mezclaba, era diferente pedía toda la atención, opacaba en lugar de hacer ver la belleza intrínseca en todo objeto, competía esta luz contra la luz celeste. Rabiaba la luz carmín contra las luces celestes, la primera bufaba humo y calor cual en llanto colérico, buscaba opacar la luz celestial, mas esta, imperturbable, inmutable, seguía alumbrando pues era su gusto, mas no su deber. La luz roja se encolerizó aun más negabase a creer que su artificialidad fuese inferior a aquella luz blanca casi tenue, pero aún imponente, pues el fin de aquella luz celeste era dar reposo, y el de la Luz carmín el impedirlo…[A8]
La luz carmín rompió en llanto y crepitó, sacó chispas y bufó en un esfuerzo de hacerse imponer, sin embargo lo único que logró fue chamuscar una hoja seca, la cual comenzó a bufar igual que ella y se prendió fuego… su odio se esparció, pero se dio cuenta la luz carmín que el fuego de la otra fue rápidamente sofocada, una mano, joven, tersa suave, pequeña echó tierra sobre la hoja y esta se apagó, la luz lo comprendió, existía pues los hombres lo permitían, y aunque se esparciera su fuego en toda la tierra la Luz celeste seguiría brillando y su fuego se apagaría sin remedio… Fue ese el asunto de la primera discordia terrena, paso desapercibido cual si no tuviera importancia, pero de esos pequeños detalles la historia se hace, aquella chispa engendraría otras…
Zaïx había echado un puño de tierra sobre la hoja que se estaba quemando, recordó que eso hacían sus mayores para apagar las fogatas. Miró hacia su madre, quien le extendió los brazos, él corrió a su encuentro.
Todo en el Bosque de Lágrimas era nuevo e inesperado para Zaïx[A9] , el mundo, una vasta extensión para jugar y explorar. La Tribu había llegado al bosque hacía unos años, y se instalaron alrededor de una cascada, que caía desde el monte Rivmunul[A10] , que así llamaron al monte en el centro del Bosque de Lágrimas. Antes de llegar al Bosque de Lagrimas, la tribu era nómada. Los más ancianos ya no recordaban con exactitud los orígenes de la Tribu, hace ya mucho tiempo olvidaron el origen de sus antepasados. La Tribu vago durante un largo tiempo en los cañones de piedra rojiza al norte del Shakuru, el gran desierto del sur. Los ancianos de la Tribu instaron a ir al norte, pues en eso entonces, por alguna razón que la Tribu ignoraba, la comida escaseaba, y los cazadores que se aventuraban al este desaparecían. Fue entonces cuando los miembros de la Tribu decidieron moverse hacia el norte.
En instantes, al aparecer el sol, unos invertebrados, de color cobre, del tamaño de un plato mediano, comenzaban a subir de sus hoyos a la base de su respectivo árbol o helecho, el cual trepaban, sorbían la savia ávidamente, en seguida, por entre las hojas verde azules de cinco puntas de los árboles unas avispas planas de color verde azul, de alas de curiosas formas, comenzaron a atrapar a los dendrófagos[A11] , los atrapaban, pero solo algunos hasta saciarse, después debían subir a las copas de los árboles a calentarse. Podemos citar algunas otras criaturas, como los escarabajos coraza, las cucarachas velocistas, y los lagartos topo, que habitaban esos bosques, sin embargo esto era sumamente usual a la tribu, criaturas que a nuestra vista podrían parecer bizarras les eran sumamente usuales, de manera que esto no les llamó demasiada atención.
El mundo era joven, los helechos dominaban el paisaje, solo se veían unos cuantos arboles. Fuera de los humanos, en la extensión de Nirmun, (que quiere decir, extensión o materia), no hay mamíferos, ni aves[A12] . Los cazadores, que son quienes más conocen de este mundo nuevo, han visto unos cuantos reptiles, pero la fauna en Nirmun es, casi en su totalidad, invertebrados. La gente de la Tribu gusta mucho de estos invertebrados, en su mayoría cucarachas y hormigas[A13] , aunque son totalmente diferentes de las que conocemos, en el mundo joven de Nirmun, son mucho más grandes, quizá debido a la mayor concentración de oxigeno en el aire, y de formas mucho más variadas, puesto que son los artrópodos el filum que domina al planeta.
El Bosque de Lagrimas debe su nombre a que cada tercer día, los helechos y árboles del lugar secretan savia abundantemente, como si lloraran. Algunos helechos tienen savia roja, amarilla o naranja, y la mayoría de los árboles tienen savias de colores azules, verdes y moradas. En realidad, la savia importa muy poco a la Tribu, pues su sabor es amargo, y nadie es capaz de comerla. Lo que si les interesa es que en el bosque hay una especie de cucaracha comestible, considerada un verdadero manjar por la Tribu, que solo come savia de los árboles lacrimosos que no pueden hallarse en ningún otro lugar.[A14]
La Tribu, en realidad no es la única que existe, aunque ellos casi nunca se percatan. Al sur, se encuentra la tribu de los Shask, viven en el desierto[A15] , y al igual que la Tribu, se mantienen ajenos a los vaivenes de la mayor parte de las tribus, que en general evitan el desierto. Muchas millas al noreste, una tribu guerrera [A16] habita un valle volcánico, pero de ellos La Tribu no sabe nada. En general la vida de la Tribu tenía muy pocos sobresaltos, en realidad, podría decirse que no tenían que preocuparse por nada. Zaïx disfrutaba los amaneceres y los ocasos, sentía como si el sol azul lo mirase cara a cara.
Durante años la Tribu continuó creciendo en número, prosperó en el Bosque de Lagrimas. Ahora Zaïx tenía catorce años, y esperaba con ansia el festejo del Sol Naciente, que se realizaba una vez cada siete años. Zaïx recordó el festejo anterior, cada familia de la Tribu encendía su fogata, y esperaban jovialmente al amanecer contando historias y leyendas, y, por supuesto comiendo hasta no poder más. El Festejo de este año iba a ser igualmente espectacular.

[A1]El Tribunal es una organización que domina al planeta unificado en un solo lenguaje y moneda.

[A2]Significa Eternidad

[A3] Este primer relato se basa en el hecho de ¿Qué harías si supieras que tu mundo se acabará, y no hay un mañana?

[A4] Ver Bóvedas de Acero, de Isaac Asimov

[A5]El Quijote, como libro de Cervantes, si cumplió su cometido.

[A6] En el mundo anterior, la historia es despreciada, así como la literatura.

[A7]La B.D.U. formará parte del relato posterior.

[A8]Toda la trama sobre la Luz es la lucha entre el bien y el mal.

[A9] La tribu, y en general todos los seres humanos carecen de recuerdo alguno del mundo anterior, pues toda la historia fue olvidada, solo unos cuantos seres humanos sobrevivieron a la explosión, y dieron origen a unas pocas tribus.

[A10]Ver Tabula Accuratissima

[A11]Come arboles

[A12]Que se extinguieron, por la explosión del reactor de vacío absoluto.

[A13]No puedo usar la clasificación de Lineo, puesto que se supone que Lineo no existe, ni ha existido en su mundo.

[A14]Ver proyecto Darwin-Lineo

[A15]Los Shask edificaran el palacio de Inburu, de gran importancia para el relato posterior.

[A16]En el relato posterior será de suma importancia."

Espero el fragmento haya logrado captar su atención, y reitero, Mi novela No se publicará en internet, y por ninguna razón publicaré ningún otro adelanto de ningún tipo.

Conozcan a mi nueva mascota  

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Les presento a Agantor, mi tarántula patas rosadas, que formará parte de la novela que estoy escribiendo!

Ensueños de mercurio  

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Disculpen esta pequeña interrupción de mis entradas sobre Morelia, pero tenía que poner esto en el blog.

La luz del farol de la calle entraba por la ventana. Se dibujaban los barrotes de luz en la pared, cuando la luz se filtraba por la persiana. De cuando en cuando, un auto pasa por la calle, su luz entra desde varias direcciones, convirtiendo la habitación en una jaula de luces y sombras.
Me desperté a mitad de la noche, el calor era insoportable. El vapor sustituyó al aire fresco de mi habitación, las acuarelas de mi mente se diluían en el sopor insoportable del verano. Las ventanas se empañaron, todas. Estaba agotado, por mis ojos escurrían lágrimas de acuarela de sueños. A mitad de la noche me desperté en un sofocante verano ¿o fue acaso que me dormí un día de invierno? Me levante de la cama, justo antes de salir por la puerta, mire al espejo. Una tenue luz amarillenta dibujó mi silueta en el. Temblaba, ¿Por qué?
Who are you? I asked
Tu reflejo, contesté
J’ai froid, j’ai peur.
Y yo tengo calor. Trate de comentar, pero el vaho solo dejo que un murmullo saliera, como si fuera un secreto.
Why do you speak with me?
Puisque j’en dors.
Porque me desperté.
¿qui suis-je ?
Tú, reflejo, me respondí, y estuvimos todos de acuerdo…
Where i am?
À côté de moi, just through the other lado del espejo…

Morelia  

Posted by Cronos in

Bueno, las proximas entradas las dedico a Morelia, hermosa ciudad colonial...

Los Tamau  

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Lean esta pequeña historia que escribí ayer. Jaja, rían con los Tamau...

Los Tamau
Nadie recordaba hacía cuanto tiempo habían sido erigidas las estelas; Ellas mismas eran más legendarias que sus creadores. Las habían erigido sobre una pequeña colina, al norte de la ciudad. Los niños, jóvenes y adultos se juntaban a menudo para escuchar las numerosas leyendas que habían crecido sobre las estelas. De cuando en cuando algún anciano, de los más viejos, se sentaba en una silla fuera de su casa. Entonces, todos los niños se arremolinaban junto a él, y esperaban a que iniciara su relato…
… Hace mucho tiempo, cuando la ciudad estaba recién fundada, y nuestros primeros padres eran jóvenes, los Tamau, los tres sabios, se sentaron sobre una pequeña colina. Durante días y días hablaron entre sí, en su lengua, que solo ellos entienden; Hasta que un día se levantaron. Cada uno, con sus propias artes, erigió su propia estela, en la lengua de los Tamau, que solo ellos entienden. Cuando hubieron terminado, y se dieron por satisfechos, fueron a la ciudad, y anunciaron: -Quien sea capaz de leer estas estelas, poseerá los conocimientos de la eternidad, el poder, y la materia.- La gente de la ciudad, toda, desde la más joven, a la más anciana, se junto para leer las estelas. Un mes estuvieron todos, tratando y tratando de entender, pero nadie sabía la lengua de los Tamau. A Daman, el jefe de la ciudad, ordenó apresar a los Tamau, y llevarlos frente al pueblo. Una vez frente al pueblo, exclamó: -Dígannos lo que dicen las estelas- Los Tamau, con una leve sonrisa contestaron inflexibles: -Aerthes Asfaloth Nirmun- y se negaron a pronunciar palabra de ahí en más. El jefe, enojado con los Tamau, los mando matar. Desde entonces, ha sido la ocupación de la ciudad saber que dicen las estelas, para que los Tamau no se burlen de nosotros…
Así concluían siempre los ancianos, hasta que morían, para que otro, unos cuantos años más joven, pero igual de anciano, se sentara en una silla fuera de su casa…
Todos iban a las estelas, al principio con papel, tintero y pluma, luego con reglas; Así, cada año, diversos ciudadanos ambiciosos hacían fila día a día para tratar de descifrar las estelas. Cada año, los cachivaches que llevaban eran más extravagantes, más elaborados, y los intentos para descifrar aquel lenguaje, no dejaban de ser más y más intrincados.
Algunos inventaron la suma y la multiplicación para tratar de entender las estelas, otros, la geometría, y así sucesivamente. Cada cual iba de cuando en cuando a mirar las estelas, y si era suficientemente listo, inventaba una nueva ciencia, o escribía un nuevo libro.
Así a través de los siglos y las centurias, la gente se fue haciendo más y más sabia, e instruían a los niños en todas las ciencias y artes, con el afán de que alguno descifrara las estelas.
Los Tamau todavía ríen de su obra, porque lo que ellos escribieron en las estelas, no lo sabían. En lo que ellos creyeron simples garabatos sin sentido en piedra, ahora reside el secreto verdadero de la eternidad, el poder y la materia.

National Geographic News!  

Posted by Cronos

Miren lo que me encontré!!!